Los empleados se encontraron con las cerraduras de las puertas bloqueadas Se vieron afectados también los juzgados y la Editora Regional

Los cerrajeros de Mérida tuvieron ayer por la mañana más trabajo de lo normal. No daban abasto. Fueron visitando casi todos los bancos de la calle Santa Eulalia y otros edificios para intentar abrir sus puertas, saboteadas e imposibles de abrir, selladas con pegamento, silicona o palillos incrustados en sus cerraduras. Algo raro había pasado.

Los cerrajeros de Mérida tuvieron ayer por la mañana más trabajo de lo normal. No daban abasto. Fueron visitando casi todos los bancos de la calle Santa Eulalia y otros edificios para intentar abrir sus puertas, saboteadas e imposibles de abrir, selladas con pegamento, silicona o palillos incrustados en sus cerraduras. Algo raro había pasado.

A las ocho de la mañana la calle Santa Eulalia tenía un ambiente inusitado y un hervidero de rumores sobre lo que había sucedido. Los empleados de las entidades bancarias, sin poder entrar, esperaban a que el cerrajero abriera las puertas para acceder a sus puestos de trabajo. Para hacer tiempo, un café.

Fueron bastantes los edificios afectados por este sabotaje que está siendo investigado por agentes de la Policía Judicial de la comisaría de Mérida. Caja de Extremadura, Banco Sabadell, Caja Sur, Santander Centra Hispano, Banesto, Caja Duero y Caixa Catalunya. Estas son algunas de las entidades bancarias que han sufrido daños en sus cerraduras, todas ellas situadas en la calle Santa Eulalia.

Pero los que estuvieron la madrugada del martes entretenidos obstruyendo las cerraduras no sólo se conformaron con hacerlo en locales de la calle Santa Eulalia. Decidieron dar una vuelta por el centro para dejar su huella también en otras puertas. Las de Caja Duero, Caixa Catalunya, la Editora Regional, Seguros Mapfre, la empresa de trabajo temporal Manpower, el Organismo Autónomo de Recaudación y los Juzgados situados en la Rambla, también fueron selladas por diversas sustancias que taponaron sus cerraduras.

Varios afectados

Algunos bancos tuvieron suerte y se salvaron de ser saboteados. La oficina de Caja Madrid de la calle Santa Eulalia; el Banco Popular, también en la misma vía o la sucursal de Caja España, en la Puerta de la Villa, no han sufrido daño alguno.

Caja Sur fue uno de los establecimientos afectados. Su director, que prefiere no dar su nombre, explicó cómo se encontraron con el pastel. «Sobre las ocho de la mañana de ayer, que es cuando entramos a trabajar, nos encontramos que había un palillo obstruyendo la cerradura. Llamamos al cerrajero, que estuvo haciendo su trabajo, cuando llegó la Policía, que nos pidió la cinta de la cámara que graba lo que pasa en el exterior. Por el momento nos es imposible dársela, pues se encuentra en la central que tenemos en Córdoba. Ésta llegará en unos días, que será cuando se la entregaremos», explica. Entretanto, y aconsejados por los agentes de la Policía Nacional, se dispondrán a interponer una denuncia.

No es la primera vez que esta sucursal de Caja Sur han sufrido 'un ataque'. Cuando se produjo la huelga general de 1988, las paredes de la entidad aparecieron 'decoradas' con pintadas y grafitis. Pero nada de entorpecer la entrada de los trabajadores con palillos en las cerraduras como en esta ocasión.

En igual situación se encontraron los empleados de Caja de Extremadura la entrada de la sucursal bancaria a las 8.30 de la mañana, que es cuando abren las puertas. Su director, Eduardo Herrera, explicó que cuando llegaron a la Caja ya sabían lo que pasaba. «Como las otras entidades bancarias abren a las ocho y nosotros media hora más tarde ya habíamos visto a muchos trabajadores esperando a que los cerrajeros le pudieran abrir las puertas para entrar a trabajar. En ese momento nos temimos que nosotros también fuéramos uno de los damnificados. Y así fue», explicó.

Como esta sucursal no posee cámara que grabe lo que pasa en el exterior no podrá ser aportada para averiguar la identidad de los autores de la fechoría. De todas maneras, como los demás afectados, también interpondrán denuncia y esperará que el seguro se haga cargo de los gastos que ha ocasionado el arreglo de la puerta.

Pero los saboteadores no sólo se han cebado con los bancos. La empresa de trabajo temporal (ETT) Mampower, situada al principio de la avenida Extremadura, justo enfrente de la Torre de Mérida, también ha sido otro de los locales afectados.

Una de sus trabajadoras, Yolanda Gutiérrez, asegura que cuando llegó a trabajar a las nueve de la mañana se encontró con que «no era capaz de abrir la verja. Me di cuenta de que en las cerraduras habían echado una especie de pegamento y de que no entraba la llave. Después, cuando fui a abrir la puerta que da paso a la oficina, también estaba bloqueada y con un palillo en la cerradura». El cerrajero que ya estaba arreglando la puerta del Organismo Autónomo de Recaudación, institución también afectada y situada al lado de la ETT, se tuvo que pasar después por esta oficina para cambiar la cerradura.

Un tanto de lo mismo ocurrió con la puerta que da acceso a Caixa Catalunya y a la Editora Regional, ubicada en la calle Almendralejo y un poco más arriba de Manpower y de la aseguradora Mapfre, otra de las empresas damnificadas. El director de la oficina de Mérida, Antonio Carmona, también explica que su establecimiento «tenía la cerradura bloqueada con una especie de pegamento o silicona», entuerto que arregló el servicio urgente de cerrajería de la empresa. Todo queda en casa. Al igual que los demás damnificados, también tiene pensado «poner denuncia», y espera que la autoría de estos pequeños destrozos se descubra cuanto antes. 

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